domingo, 23 de enero de 2011

Gesticulaciones del prisionero Cyrano de Bergerac a la salida de la cueva de castigo del cráter 3.225 en el Mar de la Tranquilidad (Cámara Oscura 77).




Texto escrito al reverso de una pintura-memorandum de la boda del prisionero Cyrano con su esposa Jane de Aurillac.  


 "Entre mis cosas personales, esas que me habían confiscado estos días y que los vigilantes se habrán dedicado a escudriñar con la avidez que les caracteriza, ha aparecido este pequeño cuadrito que nos hizo poco antes de casarnos, nuestro amigo poeta y pintor Mathías Morellus Van Pyrse. ¿Recuerdas Jane la emoción que sentimos cuando nos regaló su primer libro de cuentos? Poseía una genialidad fuera de lo común. Hubo sobre todo dos cuentos que solíamos leer con delectación suma: "El velocípedo" y "La Perla". Hoy, aquellas historias me parecen profecías cumplidas dramaticamente en nuestras vidas. 
¿Recuerdas la de "El velocípedo"?¿Áquel extraño artilugio capaz de desplazarnos kilómetros con el único impulso de nuestras piernas y sin apenas esfuerzo?.... Siempre me resultó estremecedor el final del protagonista. Después de años luchando por hacerse con la máquina que un día, cuando era niño pudo ver en una tienda de Innsbruck. Después de pasar miles de calamidades para conseguir la fortuna que costaba y asegurarse que nadie se le había adelantado. Cuando pudo entrar por fin en la tienda y preguntar al dueño sonriente que le atendió, por aquél vehículo que le había obsesionado durante años, el tendero se limitó a reír a carcajadas y bajarlo a un sótano donde, desguazada, con los pedazos amontonados de cualquier manera, descansaba aquella máquina de fábula que en realidad nunca existió porque ERA DE PAPEL ENCOLADO. "¡Un buen reclamo para la tienda, señor. Eso era todo. De verdad que lo siento, jajajaja...!". Aquella misma mañana, cuajada de una niebla densa que lo pringaba todo, se suicidó colgándose en el puente de Los Mártires."


6 comentarios:

  1. Un amigo me ha comentado que el blog no se deja comentar, jajajaja.... A ver, a ver....

    ResponderEliminar
  2. Pues a su dueño sí lo deja... Jajajaja...

    ResponderEliminar
  3. Esa situación del protagonista pretendiente de un velocipedo "que resultó no ser" ...Ese ejemplo nos ayuda comprender como se siente un ser que dedica todos sus esfuerzos a un objetivo solvente luchando contra viento y marea en forma continuada contra tormentas lunares de todo tipo y cuando cree que ha conseguido "aquello" en un instante se tuerce y pierde todo. El corredor cae en su cráter desfondado, hundido, sin horizonte, sin el objetivo, y sintiéndose vencido por las "circunstancias" de las que nunca dudó. Yo puedo comprender a este protagonista entregado a su desesperanza. Sin embargo....quiero mirar y quiero esperar..Quiero creer que a pesar de ello hay otro final posible. Ese es el que pido desde mi cráter. Y iré a por él. A pesar de ese desierto lunar no voy a perderme de sendero y no dejaré que me echen de la carrera tan fácilmente. Hiena 13.

    ResponderEliminar
  4. En una de mis ultimas luchas , empece ganando para terminar en un torpe y estrepitoso fracaso , ,curiosamente senti descanso ya que fracasado o no,la lucha habia terminado con lo cual todo un mundo de nuevos frentes se habrian ante mi .

    ResponderEliminar
  5. Hiena, Rod, ahí estamos.... A ver si aguantamos. Gracias.

    ResponderEliminar
  6. >Rod: Te creo. Estoy seguro que fué así. En este caso mucho más positivo. Siempre debería ser así.
    Hiena 13.

    ResponderEliminar