lunes, 14 de marzo de 2011

Anotaciones de Cyrano de Bergerac en el cuaderno de bitácora de la nave "Dark ship".


Año del Señor de 1.712. 14 de marzo. Cuarto día de navegación. Hasta hoy no me he decidido a poner por escrito mi desgraciada situación. Nos deslizamos silenciosamente, en medio de la más absoluta oscuridad,  por un mar de ceniza del que no emerge ningún promontorio. Me acompañan tres vigilantes y Petrus. Estamos encerrados en un extraño artefacto movido Dios sabe por qué fuerzas demoníacas bramando en la bodega, a la que por supuesto los vigilantes no me han permitido acceder. Unas gigantescas alas de murciélago, a los costados de la nave, se hunden y emergen chorreando cataratas de ceniza plateada que brillan intensamente a la luz de los faros. Y sin embargo todo se ahoga en un intenso silencio pesado y denso como el plomo, que amortigua instantáneamente cualquier sonido por muy fuerte que éste sea. Petrus no deja de temblar y los únicos que parecen mantenerse inmutables son los vigilantes, apareciendo y desapareciendo por cualquier parte.
¿Cómo he llegado aquí? Me es imposible recordar nada coherente, salvo que perdí el conocimiento después de leer la carta de mi amigo Van Aenneke. A partir de ahí las imágenes son confusas y se mezclan dolorosamente en la memoria. Creo haber visto el rostro de Gunila Van Barembon y el de Petrus, cernirse sobre mí y después.... flotar horizontalmente durante horas a ras de suelo....  Atisbar borrosamente un enorme monstruo que se agigantaba poco a poco en el horizonte...
¿Qué me espera a partir de ahora? Confieso mi temor ante la compañía de los vigilantes y el comportamiento temeroso de Petrus, que no sabe más que balbucir: ¡La cara oculta.... La cara oculta de la Luna!.... Pero me atrevo a especular con que estamos esperando encontrarnos con algún acontecimiento decisivo que de momento se me oculta cuidadosamente. 
¿Qué ocurre? ¡Oigo gritos ahogados que provienen de la cubierta!. ¡Parece Petrus!.... ¡Que Dios nos asista!.

sábado, 26 de febrero de 2011

De cómo Cyrano es advertido, por carta de su amigo Cornellius Van Aenneke, de algunos cotilleos interesantes y de la oscura aventura que le espera.

Esta mañana, poco antes del paseo y mientras rasgueaba el laúd, un vigilante, me ha traído una carta. La primera desde que estoy en este destierro. Puede que hayan llegado más, pero no ha sido hasta ahora en que gozo de una cierta libertad, que me ha llegado correspondencia de la tierra. Lo más grato es que la misiva procede de mi estimado amigo Cornellius Van Aenneke.
Cuando he terminado de leer, me ha embargado una inquietud malsana, una agonía antes desconocida. He soltado el laúd y como un autómata, he iniciado el paseo acompañado por las sombras negras y reptadoras de los vigilantes. Nubes grises y gordas como elefantes han empezado a invadir mis pensamientos, cargándolos de una fina lluvia de tristeza….


“De Cornellius Van Aenneke a su inestimable amigo Cyrano de Bergerac.
Podría empezar por hablaros de mí, de la vida que llevo siempre en pos de la aventura y del riesgo. De cómo echo de menos vuestra espada y vuestra afilada lengua, que tantas victorias nos proporcionaron en esta sociedad nuestra tan adocenada y prejuiciosa. Pero hablaros de eso sería hablaros de la soledad de un chacal que añora un compañero de historias imposibles, de sentimientos a la intemperie, de risas fuera de la más elemental educación, de mirada limpia y recursos envenenados…
No. Prefiero poneros al día de las vidas de aquellos que sé que os inquietan por distintos motivos, y que voluntaria o involuntariamente contribuyeron a vuestro destierro…. Y todavía de algún modo, siguen contribuyendo.
Sabéis de mis contactos dignos de un acendrado rastreador que pasó años en las filas del ejército de Condé. Por ellos puedo deciros hoy, que vuestra ex esposa Jane, continua viviendo una existencia solitaria y sufriente en su residencia a las afueras de París. Sin embargo comienzan a acecharla halcones retorcidos que quieren aprovechar vuestra ausencia, es el caso de vuestro tradicional enemigo el marqués Ferdinand Canotié. Más de una vez han visto su carroza en la rotonda de los Gatos junto al palacete. Pero creo que de momento nada debéis temer.
Menos sé, de la que en tiempos fue vuestra inestimable bienhechora Lady Leblanch. Pareciera que se la hubiese tragado la tierra. Sus apariciones son tan esporádicas y fantasmales, que algunos creen haberla visto en dos y hasta tres lugares distintos a la vez: bailando con un de joven desconocido en la fiesta del Conde de Vincenne; en el concierto anual de las Tullerías en beneficio de los mendigos de la ciudad y en compañía de un extraño encapuchado deslizándose, más que caminando, por los jardines de Volterrá. Todo a la misma hora y en el mismo instante.
Isabella de Orsini hace tiempo abandonó París camino de otro lugar de residencia que se ha cuidado bien en ocultar. El dolor de vuestro destierro y el sentimiento culpable de vuestra desgracia, me temo que le están haciendo un daño excesivo. Tanto, que la última vez que la vi, a pesar de la sonrisa angelical que adornaba su rostro, no podía ocultar una palidez sospechosa.
Por último, lo que para mí es más importante y me inquieta por cuanto puede poner en peligro vuestra integridad, es esa curiosa flexibilidad que han adoptado respecto a vuestra incomunicación lunar. Alguien está detrás de esa blanda forma de trataros, y mucho me temo que el precio a pagar puede ser terrible. Me atrevo a aseguraros que la responsable de todo lo que os acontece en la actualidad es esa enorme mujer llamada Gunilla Van Barembon. Todavía sé poco de su pasado sobre el que pesa un extraño silencio. Aún más extraño es ese antinatural matrimonio con Petrus el Selenita. Pero ciertos rumores apuntan a una posible explicación: Intereses oscuros en tierras lunares relacionados con la cara oculta que todavía nadie se ha atrevido a explorar. Atento Cyrano, querido amigo, porque puede que vos seáis un peón estratégico en este juego infernal de poderes y extrañas obsesiones. Pronto volveréis a tener noticias mías. Hay que aprovechar vuestro régimen abierto por más que presagie un futuro incierto. Un sentido abrazo. Vuestro siempre: Cornellius Van Aenneke."
 

viernes, 4 de febrero de 2011

La visita de Cyrano a La Taberna del Selenita Milenario. Reconstrucción conseguida a través del Informe de los vigilantes del desfiladero Andrómeda y las memorias del propio Cyrano.

Cuatro de febrero del año del Señor de mil y setecientos y doce. Nunca olvidaré esta fecha. Ese día comenzó una aventura inusitada que en aquel momento era incapaz ni siquiera de imaginar. Tenía interés por estrenar mi semilibertad viendo a mi inestimable amigo Petrus. Necesitaba saber, saber muchas cosas.... Pero opté por dedicar un tiempo sustancioso a la diversión y al despelote...: visitar la Taberna del Selenita Milenario. Me parecía imposible que me concediesen los permisos para semejante deseo, así que mi sorpresa fue mayúscula, cuando sin necesidad de documento alguno, los propios vigilantes me acompañaron hasta el lugar. Ni que decir tiene, que ellos permanecieron dentro mientras duró el tiempo de asueto. ¡Cómo era posible! Antes ver a los selenitas era un delito poco menos que de alta traición, y ahora me permitían estar en uno de los lugares emblemáticos de la Luna disfrutando de ese extraño brebaje hecho de ceniza y lágrimas de selenita destiladas, y de un grupo de músicos sorprendentes capaces de arrancar sonidos inimaginables. Con mucho esfuerzo y la ayuda de Petrus, pude más tarde convertir en algo audible para un humano la jerigonza sónica de estos seres.
Esa noche, sumido entre las conversaciones que aquí y allá poblaban el antro, lleno de personajes que parecían no estar en sus cabales, y abotargado por la bebida, pude escuchar un tema musical hipnótico con una letra que más tarde conseguí trasladar a nuestro idioma.

 

Mondo lirondo
por qué eres tan redondo.
Si en tu gordura no cabe
ni la pezuña de un niño
trátame con cariño
que por no saber, se sabe.

Mondo lirondo
tan hueco y tan orondo.
Pestilente hasta la náusea
te empeñas en desafueros
que dolores de tan fieros
arrasan sin compasión la tráquea.

Miedo me das Mondo lirondo
cuando la histeria te consume
cuando aumentas de volumen
de gases inflado hasta lo hondo.
Nadie soportarte puede
porque el lodazal de tu mirada
siempre abierta y espantada
de olor tan espeso, hiede.

Extraño e indescifrable discurso.... Palabras milenarias que todos corearon y jalearon con devoción, cual si se tratase de un himno que apela a vivencias ancestrales enterradas en cada uno de los rincones de este frío mundo plateado.

domingo, 23 de enero de 2011

Gesticulaciones del prisionero Cyrano de Bergerac a la salida de la cueva de castigo del cráter 3.225 en el Mar de la Tranquilidad (Cámara Oscura 77).




Texto escrito al reverso de una pintura-memorandum de la boda del prisionero Cyrano con su esposa Jane de Aurillac.  


 "Entre mis cosas personales, esas que me habían confiscado estos días y que los vigilantes se habrán dedicado a escudriñar con la avidez que les caracteriza, ha aparecido este pequeño cuadrito que nos hizo poco antes de casarnos, nuestro amigo poeta y pintor Mathías Morellus Van Pyrse. ¿Recuerdas Jane la emoción que sentimos cuando nos regaló su primer libro de cuentos? Poseía una genialidad fuera de lo común. Hubo sobre todo dos cuentos que solíamos leer con delectación suma: "El velocípedo" y "La Perla". Hoy, aquellas historias me parecen profecías cumplidas dramaticamente en nuestras vidas. 
¿Recuerdas la de "El velocípedo"?¿Áquel extraño artilugio capaz de desplazarnos kilómetros con el único impulso de nuestras piernas y sin apenas esfuerzo?.... Siempre me resultó estremecedor el final del protagonista. Después de años luchando por hacerse con la máquina que un día, cuando era niño pudo ver en una tienda de Innsbruck. Después de pasar miles de calamidades para conseguir la fortuna que costaba y asegurarse que nadie se le había adelantado. Cuando pudo entrar por fin en la tienda y preguntar al dueño sonriente que le atendió, por aquél vehículo que le había obsesionado durante años, el tendero se limitó a reír a carcajadas y bajarlo a un sótano donde, desguazada, con los pedazos amontonados de cualquier manera, descansaba aquella máquina de fábula que en realidad nunca existió porque ERA DE PAPEL ENCOLADO. "¡Un buen reclamo para la tienda, señor. Eso era todo. De verdad que lo siento, jajajaja...!". Aquella misma mañana, cuajada de una niebla densa que lo pringaba todo, se suicidó colgándose en el puente de Los Mártires."


sábado, 8 de enero de 2011

Influenciado de manera inconsciente por la cultura de los selenitas, esta fue la última composición de Cyrano antes de ser liberado de su encierro



"Estoy a punto de enloquecer..... Las pesadillas invaden mi descanso con una crueldad que me resulta difícil de soportar. He podido, como siempre gracias a la bondad de mi carcelero, componer una "chanzona" en la que he dado rienda suelta a mis miedos.

Cuesta un disgusto, encontrarse a gusto
en este encierro letal.
Dándole vueltas del salón a la puerta
y todo que vuelve a empezar.
Quién me diría que al cabo del tiempo
habría de sucumbir,
a este miedo imposible que me paraliza
y que no me deja salir.
Escondida ahí fuera, la violencia me espera,
la Muerte con cara de clown.
Un viejo destino agazapado en un niño
que lleva algún arma mortal.
Ladrones y amigos, con ganas de broma,
pensando que no escaparé.
Necesito un abrigo, unas gafas y un truco,
que me hagan desaparecer.
No busco ilusiones ni grandes pasiones,
disfraces que me caigan bien.
Compro un destino con varios caminos
que lleven hasta la vejez.

Todo estaba en mis sueños y no he tenido más que transcribir imágenes, palabras y melodía.... Cuando se la he cantado a Menocchio, me ha dicho con su habitual candidez que le recordaba la música selenita. Este hombre no debe andar bien de la cabeza después de tanto tiempo viviendo en un lugar tan extraño, húmedo e inclemente como el cráter 3.225. De qué música habla. ¿Acaso de esa trompetería ininteligible y eterna de los nativos?"
Extracto de las memorias de Cyrano en la Luna.

domingo, 2 de enero de 2011

Extracto del juicio contra el carcelero Doménico Scandella apodado "Il Menocchio". Publicado en el Selene Glober.

El Juez Balthasare Cornucopia Lacceranti
"Hay veces, en que el mal cae sobre nosotros sin previo aviso, arrasa nuestras convicciones precipitándonos por sorpresa en los abismos de la duda y detrás de la cara de idiota que se nos queda dibujada por el vació del cerebro, va surgiendo un extraño deseo de preguntar: ¡¡¡¡ Pero esto... qué eeeeeesssss !!!!.

Y nos convertimos en insistentes preguntones tan atiborrados de inseguridades, que el Poder toma cartas en el asunto y trata de reconducirnos inmediatamente a los cauces de la legalidad que ni de lejos sabemos en qué momento hemos abandonado, hasta que un alpargatazo en la boca, sonoro, limpio, preciso, calibrado, nos vacía el cerebelo y coloca una mueca de imbécil que no imaginábamos que pudiese existir en el bagaje de nuestras máscaras. Todo esto debió pasar por la mente de Il Menocchio cuando los vigilantes de negro lo arrastraron a la presencia del juez excelentísimo Balthasare Cornucopia Lacceranti. El ínclito juez, sometió a nuestro carcelero a un implacable interrogatorio, acompañado por la famosa tortura refinada de EL TORNILLO DISLOCANTE DISLOCADO. Pero sin más dilación, transcribamos la parte final donde se muestra el triunfo de la justicia y donde un extraño suceso da un vuelco a esta historia en las mismas entrañas del poder.

Vigilante Doménico Scandella "Il Menocchio"
JUEZ: ¡Señor Menocchio, admita de una vez que incumplió las normas permitiendo una cierta relajación en el castigo que se le estaba imponiendo al prisionero Cyrano!
MENOCCHIO: Su señoría, lo admito, lo asumo, lo entiendo, lo comprendo y no volverá a ocurrir....
JUEZ: ¡Verdugo, apriete el tornillo!
MENOCCHIO: ¡Ay!....
JUEZ: ¡Grite más, Menocchio, por Dios!¡Que se note el propósito de enmienda y el dolor que produce abandonar el seno de la Ley!
MENOCCHIO:¡¡¡¡¡Aaaaaaaaaaaaaaaaaaarrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrggggggggggggggggggggggghhhhhhhhh !!!!
JUEZ: Eso está mejor..... Por último. ¿Admite que proporcionó al prisionero Cyrano pitos, flautas, caparazones de tortuga, sacabuche, laúd, papel y tinta para desarrollar esas extrañas melodías que son un despropósito para nuestros oídos refinados?
MENOCCHIO: Su señoría, lo admito, lo asumo, lo entiendo, lo comprendo y no volverá a ocurrir....
JUEZ: ¡Verdugo, apriete el tornillo!
MENOCCHIO: ¡Ay!....
JUEZ: ¡Qué le acabo de decir, tonto del culo, grite más para demos....

Justo en ese momento, el proceloso discurso de nuestro ínclito juez fue interrumpido por un ujier que musitó algo en su oído presa de un ataque de nervios y ansiedades varias. El excelentísimo Balthasar, que había combatido a los tercios españoles en Pavía sin inmutarse lo más mínimo, empalideció y abrió los ojos desmesuradamente, musitando con voz temblorosa:" ¡Dejen libre inmediatamente a Doménico Scandella y saquen "ipso facto" al prisionero señor Cyrano de Bergerac del cráter de castigo 3.225 y devuélvanlo a la reserva del valle de las Amazonas". El ínclito juez, se pasó un inmenso pañuelo de encajes por su cabeza sudorosa y en voz baja pero convulsa le pidió al ujier: "¡Traigame el brebaje de Sloan contra el dolor de cabeza!¡Me va a estallaaaaaarrrrr!!!....."

Firmado por Ricochet von Ripalda. Cronista, poeta y pensador.